PERSPECTIVA ECONÓMICA, PERSPECTIVA DE GÉNERO.
A continuación analizaremos distintos indicadores que nos permitirán conocer la evolución del mercado laboral español, en el periodo 2001-2012, con un especial enfoque en la variable sexo, tanto a nivel de ocupación, paro registrado y población inactiva. Para ello, comenzaremos el análisis a través de los datos que nos muestren la relación actual entre población activa e inactiva, entendiéndose por población activa aquella que se encuentra en el mercado laboral (bien ocupada o en paro) y población inactiva, siendo ésta aquella que no se considera dentro del mercado laboral.
Tres son los principales índices que ofrece en Instituto Nacional de Estadística para una primera toma de contacto con el mercado laboral: la tasa de actividad, tasa de ocupación y tasa de paro. Para una mejor comprensión, adjuntamos las definiciones que se contempla en las notas metodológicas de la EPA para estos conceptos:
Activos: Son aquellas personas de 16 o más años que, durante la semana de referencia (la anterior a aquella en que se realiza la entrevista), suministran mano de obra para la producción de bienes y servicios o están disponibles y en condiciones de incorporarse a dicha producción. Se subdividen en ocupados y parados.
Ocupados: Son las personas de 16 o más años que durante la semana de referencia han estado trabajando durante al menos una hora a cambio de una retribución en dinero o especie o quienes teniendo trabajo han estado temporalmente ausentes del mismo por enfermedad, vacaciones, etcétera.
Los ocupados se subdividen en trabajadores por cuenta propia (empleadores, empresarios sin asalariados y trabajadores independientes) y asalariados (públicos o privados). Atendiendo a la duración de la jornada los ocupados se clasifican en ocupados a tiempo completo (con una jornada habitual semanal superior a 30 horas) y a tiempo parcial (con una jornada habitual semanal inferior a 35 horas).
Parados: Son las personas de 16 o más años que durante la semana de referencia han estado sin trabajo, disponibles para trabajar y buscando activamente empleo. Se considera que una persona busca empleo de forma activa si:
- Ha estado en contacto con una oficina pública de empleo con el fin de encontrar trabajo.
- Ha estado en contacto con una oficina privada (oficina de empleo temporal, empresa especializada en contratación, etc.) con el fin de encontrar trabajo.
- Ha enviado una candidatura directamente a los empleadores.
- Ha indagado a través de relaciones personales, por mediación de sindicatos, etc.
- Se ha anunciado o ha respondido a anuncios de periódicos.
- Ha estudiado ofertas de empleo.
- Ha participado en una prueba, concurso o entrevista, en el marco de un procedimiento de contratación.
- Ha estado buscando terrenos o locales.
- Ha realizado gestiones para obtener permisos, licencias o recursos financieros.
También se consideran parados a las personas que ya han encontrado un trabajo y están a la espera de incorporarse a él, siempre que verifiquen las dos primeras condiciones.
Inactivos: Recibe esta consideración la población de 16 o más años no incluida en las categorías anteriores.
Para los últimos datos disponibles, correspondientes al primer trimestre del año 2012, podemos ver cómo la tasa de actividad para ambos sexos se sitúa en el 59,94%. Un análisis comparativo muestra cómo esta tasa es claramente superior en hombres (66,86%) frente a las mujeres (53,35%). Esto permite afirmar cómo el mercado laboral muestra una mayor presencia de hombres frente a mujeres, quienes muestran una tasa de actividad de más de seis puntos y medio por debajo de la media y de casi catorce puntos frente a la tasa de actividad masculina. Una comparativa histórica nos permitirá comprobar la evolución de este indicador. Si atendemos a los datos del año 2001, comprobaremos cómo la tasa de actividad, en términos generales ha aumentado en este periodo (una tasa de 59,94 en 2012 frente a 53,41 en 2001). Sin embargo, este aumento se relaciona con la incorporación femenina al mercado laboral, dado que mientras la tasa de actividad masculina apenas ha sufrido variación (66,96 en 2012 y 66,53 en 2001), la tasa de actividad femenina ha aumentado más de doce puntos, pasando de ser del 40,96% en 2001 hasta el 53,35% de la actualidad.
Esta evolución puede contrastarse igualmente en el resto de indicadores comentados. Si atendemos a la tasa de ocupación, que ya hace referencia a personas con un empleo, podemos ver cómo en estos años la tasa de ocupación se ha reducido en un 2,45%, siendo esta reducción del número de potenciales ocupados mucho más significativa en los hombres (-10,72%), frente a un aumento de cinco puntos en el caso de las mujeres (5,38%). Pese a esta comparativa, que muestra una mejora en la tasa de ocupación femenina en los últimos años, pese al adverso panorama laboral, la realidad sigue señalando desigualdades en el mercado laboral, dado que la tasa de ocupación para ambos sexos se sitúa en el 45,29%, siendo algo más de cinco puntos menos en el caso de las mujeres (40,09%) y del 50,75% en el caso de los hombres. Estas cifras arrojan un diferencial de 10 puntos frente a la tasa de ocupación masculina y femenina (50,75% masculino frente al 40,09% femenino), aunque muestran una clara evolución, dado que en el año 2001 dicho diferencial era de 26 puntos (61,47% frente a 34,71%).
2012 |
2001 |
VARIACIÓN |
||
Ambos sexos |
TASA DE ACTIVIDAD |
59,94 |
53,41 |
6,53 |
TASA DE OCUPACIÓN |
45,29 |
47,74 |
-2,45 |
|
TASA DE PARO |
24,44 |
10,63 |
13,81 |
|
Mujeres |
TASA DE ACTIVIDAD |
53,35 |
40,96 |
12,39 |
TASA DE OCUPACIÓN |
40,09 |
34,71 |
5,38 |
|
TASA DE PARO |
24,86 |
15,25 |
9,61 |
|
Hombres |
TASA DE ACTIVIDAD |
66,86 |
66,55 |
0,31 |
TASA DE OCUPACIÓN |
50,75 |
61,47 |
-10,72 |
|
TASA DE PARO |
24,09 |
7,62 |
16,47 |
Fuente: Instituto de la Mujer.
La tercera variable a analizar, la tasa de paro, muestra en cambio tasas similares en cuanto a hombres y mujeres. En el primer trimestre del 2012 la tasa de paro para ambos sexos se situaba en el 24,44 %, siendo del 24,86% para las mujeres y del 24,09% en el caso de los hombres, siendo así el diferencial menos a un punto. Este diferencial, en el año 2001, ascendía a más de 8 puntos, dado que el paro femenino en dicho año se situaba en el 15,25% siendo el paro masculino únicamente del 7,62% (con un 10,63% de tasa de paro para ambos sexos).
Siguiendo con datos relativos a la tasa de paro, analizaremos la distribución de la población en paro según rangos de edad. Para ambos sexos, podemos ver cómo la mayor parte de la población en paro se encuentra en la franja de entre 25 y 44 años, tanto para hombres como para mujeres, con porcentajes muy similares (entre el 51% y 53% en datos de mayo 2012). Respecto al resto de franjas de edad analizadas, vemos cómo los menores de 25 años suponen entre el 10% y 11% de la población desempleada (similar en ambos sexos) como también encontramos porcentajes similares en los mayores de 45 años, con cifras que rondan el 37% de la población. Realizando una comparativa entre los datos de mayo 2012 y mayo 2011, podemos ver que apenas ha habido variaciones en este periodo, encontrando apenas cambios en el aumento del porcentaje de parados mayores de 45 años (tanto en hombres como en mujeres). Sin embargo, si atendemos a un análisis histórico más amplio (2012-2001) podemos ver cómo se ha producido un progresivo aumento del peso de la población parada de mayor edad, pasando del 29% los parados de ambos sexos mayores de 45 años (en 2001) hasta el 37% en mayo de 2012. Este aumento, que únicamente ha sido de tres puntos en el caso de los hombres (37% en 2012 y 34% en 2001), ha sido muy significativo en el caso de las mujeres, aumentando desde el 26% para mayores de 45 años en 2001 hasta el 38% en 2012.
Recordemos cómo, además de tasas de paro superiores en el caso de las mujeres, así como una menor inserción en el mercado laboral (tasas de ocupación inferiores), la tasa de inactividad en las mujeres es superior a la de los hombres. Si deseamos realizar un análisis desglosado de los motivos en los cuáles puede agruparse la población inactiva, podemos encontrar diferencias relevantes entre las medias de ambos sexos y la población femenina. La mayor parte de la población inactiva la encontramos en tres grandes tipologías:
- Jubilados o prejubilados: 36% en 2012
- Labores del hogar: 26% en 2012
- Estudiantes: 17% en 2012
Estos tres grandes grupos son los que históricamente mayor representatividad han tenido, aunque se muestra una mayor importancia en 2012 del colectivo de jubilados, frente al descenso que presentan las personas de ambos sexos dedicadas a las labores del hogar, categoría que se reduce frente a los porcentajes del año 2011.
Sin embargo, si atendemos a al distribución por sexos, veremos cómo existen diferencias muy sustanciales acerca de cómo se distribuye esta población:
% Mujeres |
Total |
||
Estudiante |
51% |
54% |
|
Jubilada o prejubilada |
33% |
28% |
|
Labores del hogar |
92% |
99% |
|
Incapacitada para trabajar |
56% |
46% |
|
Perceptora de pensión distinta de la de jubilación (o prejubilación) |
91% |
92% |
|
Realizó sin remuneración trabajos sociales, actividades benéficas,... |
25% |
33% |
|
Otras |
33% |
31% |
Fuente: Instituto de la Mujer.
Podemos ver cómo, mientras existen algunas categorías donde existe una paridad en cuanto al porcentaje de hombres y mujeres (estudiantes: 51% mujeres/49% hombres, incapacitada para trabajar: 56% mujeres/44% hombres), encontramos categorías típicamente femeninas y otras, en cambio, con predominancia de hombres.
Así, las mujeres representan el 92% de las personas inactivas dedicadas a las labores del hogar, así como el 91% de las personas perceptoras de pensión distinta de la jubilación o prejubilación (como podrían ser distintos subsidios no contributivos, es decir, no directamente vinculados con el mercado laboral). Por otro lado, encontramos mayor presencia de hombres en jubilados (67% hombres) o el 75% de hombres que realizaron sin remuneración trabajos sociales o actividades benéficas.
Finalmente, tras analizar la composición y distribución de la tasa de inactivos, pasaremos a revisar la distribución del mercado laboral en cuanto a la distribución de las mujeres en los distintos sectores productivos. Podemos comprobar cómo la presencia de las mujeres no es equivalente en los distintos sectores productivos contemplados en este análisis.
Aquel sector productivo en el que existe una mayor paridad en cuanto a sexos es sin duda el sector servicios; este sector, que representa el 75% del empleo global, se reparte entre un 54% de ocupación para las mujeres y un 46% en el caso de los hombres. Comparando los datos disponibles del año 2001, podemos ver cómo ha aumentado la tasa de empleo femenino en este sector, pasando del 49% hasta el comentado 54%.
El resto de sectores productivos son mayoritariamente ocupados por hombres, en porcentajes que van desde el 92% en el caso de la construcción, hasta el 75% de la industria y el 74% para la agricultura. En ambos casos apenas se han experimentado cambios en el periodo 2012-2001 analizado.
Isabel García Turpin - Reponsable de empleo e igualdad