PANORAMA DEL MERCADO LABORAL FEMENINO
La idea de este artículo es redactar un pequeño análisis de las situación de las mujeres en el mercado laboral español, apoyándonos en dos artículos de opinión muy recomendables: "¿Por qué España tiene un desempleo tan elevado?", de Vicenç Navarro y "Recortes de Rajoy: las mujeres cargan con la peor parte", de Juan Torres López.
Como apunta Vicenç Navarro, la evidencia muestra que en España se crean y se destruyen puestos de trabajo muy fácilmente, ya que la creación y la destrucción de ocupación en el mercado español es muy sensible a las variaciones del ciclo económico.
Esta debilidad de nuestro mercado de trabajo incide de forma más directa en las mujeres, ya que ocupan puestos de trabajo más sensibles de ser destruidos. ¿Por qué las mujeres ocupan puestos de trabajo más vulnerables?, bien, existe una clara división sexual del trabajo en la que podemos observar una segregación vertical que se caracteriza por lo que conocemos como "techo de cristal", en lo que respecta a la promoción a puestos de responsabilidad y los "suelos pegajosos" que hacen referencia a las responsabilidades y cargas afectivas y emocionales que en el ámbito doméstico acaban recayendo sobre las mujeres, atrapándolas con los lazos de los afectos que dificultan o impiden su salida y realización personal lejos del ámbito familiar.
Además de dicha segregación, también hay una clara segregación ocupacional que hace que existan sectores claramente feminizados u ocupaciones que se consideran de mujeres.
La brecha salarial es otra característica que describe el trabajo femenino, así como las formas de trabajo atípico o los contratos a tiempo parcial, que son más sufridos que escogidos para muchas mujeres que no encuentran otra alternativa. Sobre estas barreras se suma el hecho de que la puerta giratoria no gira y que no existe una corresponsabilidad real.
Cuando las mujeres entran en el mercado de trabajo, se encuentran con un sistema pensado para hombres que pueden trabajar a tiempo completo porque no soportan las pesadas cargas familiares. Ante este hecho, las mujeres se ven empujadas hacia puestos de trabajo menos cualificados, más inestables y peor remunerados.
Todas estas características son propias de condiciones laborales claramente precarizadas, que además conllevan un incremento de las desigualdades sociales.
Esta situación lo que plasma es que existen distintos mercados laborales que se caracterizan por una jerarquización de los mismos, en la que los rasgos masculinos ocupan determinados trabajos que "casualmente" coinciden con unas condiciones más favorables como son: jornadas completas, contratos indefinidos y mayores salarios; y unos rasgos femeninos que como hemos visto ocupan otros espacios con valoraciones desiguales.
Las cifras actuales, también es cierto, nos indican una clara feminización del empleo o lo que es lo mismo una precariedad global pata todos/as.
Precisamente para corregir situaciones de desigualdad como las que se dan en el mercado laboral, las políticas de igualdad se encaminan a equiparar y corregir esa falta de equidad que existe entre hombres y mujeres. Sin embargo, igual que se crean políticas en pro de la igualdad, se aprueban políticas que no tienen en cuenta la perspectiva de género y que suponen un perjuicio para las mujeres.
Es lo que está ocurriendo en la actualidad en nuestro contexto de crisis económica y con las decisiones que el gobierno del PP está tomando. En el texto de Juan Torres se detalla muy bien qué medidas son las que perjudicarán de una manera más intensa a las mujeres, y que todavía no podemos ver en cifras pero se dejarán sentir.
La congelación del salario mínimo, -ya que las mujeres suelen disfrutar de menor renta-, la reforma del IRPF, la bajada de las pensiones -pues reciben pensiones más bajas que los hombres como media y son mayores perceptoras de las mismas-, la falta de recursos para Ley de Dependencia, la congelación de plantillas en el sector público -sector con una gran incorporación de mujeres-, la promoción del empleo a tiempo parcial -más sufrido que escogido por muchas mujeres- y la disminución en el gasto social son sólo algunos ejemplos de medidas que no han sopesado el impacto que van a tener en el empleo femenino y que en las cifras de próximos años vamos a ver reflejado.
Ante este panorama parece que la dificultad de la mayoría de mujeres españolas que se han incorporado al mercado de trabajo español en estos últimos veinticinco años no va a ser cómo lograr alcanzar las cúpulas directivas, sino cómo permanecer en el empleo y cómo lograr que sea un empleo estable y de calidad, ya que parece que los suelos pegajosos van a ir en aumento, así como la precariedad global de los puestos de trabajo.
Isabel García Turpin - Reponsable de empleo e igualdad