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En un breve espacio de tiempo han aparecido dos normas en el BOE con la pretensión de dar forma a la nunca concluida Reforma Laboral.

El día 11 de junio se publica el Real Decreto-Ley 7/2011, de 10 de junio, de medidas urgentes para la reforma de la negociación colectiva. El día 14 el Real Decreto 801/2011, de 10 de junio, por el que se aprueba el Reglamento de los procedimientos de regulación de empleo y de actuación administrativa en materia de traslados colectivos.

Ninguna de ambas normas da respuesta a los múltiples problemas existentes.

1.- Con el Real Decreto-Ley, convalidado luego por la mayoría, en Cortes, se dan varios pasos atrás buscando el fenecido Estado Nacional - Sindicalista, por más que se hable de la prioridad de los convenios de empresa. Falso.

Si bien el Art. 84 establece que un convenio no podrá verse afectado por otro de distinto ámbito añade "salvo pacto en contrario" de acuerdo con lo dispuesto en el 83.2 del Estatuto. Dicho de otra forma: el monopolio de los sindicatos mayoritarios y de la gran patronal se refuerza permitiendo - en cascada - determinar el contenido de convenios de ámbito inferior supeditados a aquel.

Por otra parte se rescata la figura del Laudo de Obligado Cumplimiento mediante el establecimiento del arbitraje obligatorio. La retroevolución al fósil.

Se refuerza, además, la competencia de CCOO y UGT en empresas donde ni siquiera tienen representación.

2.- La modificación del "viejo" Real Decreto 43/1996, de 19 de enero (Reglamento de los procedimientos de regulación de empleo y de actuación administrativa en materia de traslados colectivos) que establece el Real Decreto 801/2011, de 10 de junio, va en línea similar: reforzar la presencia de los "mayoritarios" en empresas donde no existe Comité o Delegados de personal sustituyendo la voluntad de los trabajadores por la de los sindicatos. Otro tanto ocurre con las organizaciones de empleados que impondrán sus criterios en la empresa de referencia.

El resumen no puede ser más negativo: se sustituye la negociación colectiva - en ambos casos - por la imposición de los deseos de los sindicatos mayoritarios y de la gran patronal.

El regreso del nacionalsindicalismo.

Solo falta la imposición de las Reglamentaciones de Trabajo.

Fermín Palacios