URNAS: CENIZAS Y DIAMANTES
Si Andrzej Wajda no hubiera sido polaco la filmación de "Cenizas y Diamantes" (1958) hubiera tomado como objetivo la España del 2011 con 4.910.200 desempleados, un gobierno a la deriva, un país asolado y la desesperanza como objetivo. Le hubieran dado un "oscar" por unanimidad.
Posteriormente habría filmado "El hombre de mármol" y "El hombre de hierro" exaltando la figura de Rajoy, nuevo Lech Walesa de una sociedad en derribo.
El domingo las urnas dictaron su veredicto. Para unos la gloria. Para otros el funeral. Diamantes y Cenizas. El Partido Popular mayoritario en casi todo. El Partido Socialista arrojado al infierno de las tinieblas exteriores. Con 2.200.000 votos de separación entre ambos.
Y como la historia no es sino un eterno retorno procede recordar las palabras de Breno a los romanos comprando la retirada de los galos: "Vae Victis".
¡Ay de los vencidos! Zapatero, sus viudas, sus ahijados y sus deudos pasarán por las Horcas Caudinas de las responsabilidades que no asumieron a lo largo de dos mandatos.
Y en Valencia Jorge Alarte será carne de cañón para tantos agraviados cuando aún ostentaba cuotas de poder y paseaba orgulloso a los ministros de diversos ramos.
Ricardo León, poeta, lo dejó bien escrito:
¡Ay del que pierde su arrogante silla
y en vil escaño o vergonzoso yugo
bajo el altivo triunfador se humilla!
¡Ay del que dobla el cuello o la rodilla
delante de su juez o su verdugo!
El día después más amargo se cierne sobre el Partido Socialista y sin otro horizonte que más elecciones legislativas que anticipan más sangre, sudor y lágrimas.
Fermín Palacios