LA QUE SE AVECINA
El nuevo Gobierno tiene encima de la mesa y para los próximos años una auténtica patata caliente. Si nos atenemos a los datos aportados por el CIS, los tres principales problemas - como desde hace dos años y medio - son, para los españoles, el desempleo, la situación económica y la clase política en su conjunto.
La prioridad es sacar a España de la larga crisis, y lo primero a hacer es un verdadero y acertado diagnóstico del estado real en que nos encontramos.
Como aperitivo, las previsiones reconocen la entrada en recesión de nuestra economía en las próximas fechas, nada que ver con el optimismo filosófico que pregonaba José Luis Rodríguez Zapatero.
La próxima EPA y, sobre todo, la del primer trimestre de 2012, nos enfrentará a la cruda realidad: más de 5.100.000 parados.
Las medidas del Gobierno popular no serán de gusto ni recepción favorable. A pesar de que requerirán un elevado grado de consenso, no habrá colaboración en la calle por parte de los agentes sociales y las muestras de inquietud se multiplicarán. Los sindicatos mayoritarios, tan agazapados y amordazados los últimos años a costa de los Presupuestos, planean ya las consignas incendiarias hacia un ejecutivo que no va a llenarles el abrevadero indefinidamente, como hasta ahora. Llega el fin de las oscuras subvenciones, liberados a dedo y privilegios sin parangón.
La mayoría absoluta necesitará, además, una elevada dosis de excelente mano izquierda para aglutinar el mayor número posible de adhesiones del resto de fuerzas políticas.
Los dos próximos años serán de duros ajustes, de limitaciones y delimitaciones precisas al hasta hoy Estado del Bienestar, agravado e inflado desde las 17 interpretaciones que de una misma realidad se realizan.
Reforma laboral, congelación de salarios o control de pensiones. Medidas que, todas ellas, apuntan a un rechazo importante de un sector de la sociedad y que, sin embargo, son absolutamente necesarias para salir del abismo en que nos movemos en los últimos años.
Para Sigfrido Catalá Tineo, Director General de Comercio Interior de la República en la Valencia de 1937, la democracia era "responsabilidad compartida en la base".
Esa misma definición sirve para que el futuro se transforme en esperanza.
Fermín Palacios