LA CABRA SIEMPRE TIRA AL MONTE
No puede ser casualidad que el triste asunto de las detenciones ilegales realizadas en Madrid por mandato del Ministro del Interior Sr. Alonso (en aquellas fechas) –ejecutadas a través de Constantino Méndez (delegado de Gobierno) por mano de los tres condenados hoy (sin obediencia debida)- haya terminado así.
En un Estado de Derecho (el nuestro, pese a todo, aún lo es) la Justicia, que funciona al estilo leninista (un paso adelante, dos atrás), sitúa habitualmente las cosas en su lugar. Aunque tarde lo suyo.
Hoy sabemos quiénes son los delincuentes que ponen en solfa las libertades y el ejercicio de los derechos públicos y quiénes los sufridos ciudadanos de a pie que recibimos las sevicias, las detenciones injustas, las persecuciones sistemáticas y la intolerancia.
No nos queda más remedio que añorar a Francisco Javier Ansuátegui y Gárate, que, primero con la UCD y luego con el PP, fue un modelo de Gobernador Civil y Delegado de Gobierno con posterioridad.
Ansuátegui, que, procedente de la Federación Social Independiente (FSI) de Martín Villa, aportó sus conocimientos de Delegado Provincial de la OSE en Valencia, fue un modelo de tolerancia en Navarra y en Madrid, ejerció con prudencia sus funciones y permitió el ejercicio y el desarrollo de las libertades cívicas. Dejó un buen recuerdo. Y nunca mencionó a su abuelo pese a tener razones para ello.
No así, quien hoy ha dimitido como consecuencia de haber propiciado y obligado a sus subordinados a cometer un delito. Delincuente, por tanto.
En este País hay, además, algún diario que, treinta años después, aún justifica las tropelías y, en un duro ejemplo de perversión del lenguaje, acusa a las víctimas desde el “detritus” más infame de la profesión periodística. Nunca tanta iniquidad se condensó en menos líneas de editorial. “Desmesura total”. Pero ante este gravísimo atentado contra el Derecho, que deja espacios impunes, ni el Ministro irresponsable de aquellas fechas ni el Presidente del Ejecutivo tienen nada que decir.
Las cabras siempre tiran al monte…..
Fermín Palacios Cortés