CON CROMOS DE “EL COYOTE”
No estar implicado en política partidista supone decir las cosas con claridad y sin sometimiento a lo “políticamente correcto”.
Partiendo de esta premisa habría que decir que cada uno tiene lo que se merece. Dicho de otra forma: jugar a la lotería tiene su riesgo y unas veces se gana, otras, no.
Timos, a lo largo de la vida de las sociedades, ha habido muchos. El ingenio español es ilimitado y la larga serie que se inicia con los pillos y burlones, que continúa con los trileros y acaba con los sinvergüenzas que José Luis Balbín denomina “de cuello blanco” (ver “La Clave de la Opinión Pública, nº 265, de 12-18 de mayo), ha variado en sus manifestaciones. Todas delictivas.
La penúltima, el timo de los sellos. Antes, la de las estampitas, casi parecido.
En cualquier caso que nadie se llame a engaño: todo se produce por un cálculo egoísta de obtener rentas atípicas y evitar, dando un giro de costado, a Hacienda.
Tipos más elevados y no declarados: el “desideratum” del españolito actual. El engaño en su escala ciudadana que no llega a los fraudes del ladrillo o de las contratas urbanísticas pero que ponen su granito de arena en el entramado de la corrupción. Es la sociedad que nos han regalado nuestros políticos.
Forum Filatélico y Afinsa han montado un entramado que responde a un perfecto conocimiento de la deconstrucción de los valores ciudadanos. Y, ahí, pican casi todos.
Justo castigo a estas actitudes de enriquecimiento injusto es la pérdida del cántaro de la leche con rotura de las ilusiones. Es duro, pero servirá (o no?) de escarmiento.
Y en cualquier caso en la Comunidad Valenciana hay patrimonio importante a recuperar: Benalúa Sur, 3 y Avenida Loring, 6 en Alicante; Avda. País Valenciano, 7 y Zurralacárregui, 8 en Elche; San Francisco, 11 y 13 en Elda; Polígono Alfac II de Jijona y Avda. Cataluña, 9 de Valencia. Todo ello sin hipotecas (ver “Tiempo” nº 1255 de 15-21 de mayo).
Y un recordatorio: nadie da euros a céntimos.
Fermín Palacios Cortés