“IR POR LA LANA Y VOLVER TRASQUILADOS”
Los socialistas valencianos Antonio Such y José Camarasa creyeron encontrar “maná” en la larga travesía del desierto que sus huestes arrastran desde junio de 1995 cuando el PP llegó a la Generalitat aupándose en una mayoría que luego devino absoluta.
Lo que ocurre es que ni el uno es Moisés, ni el otro Aaron. Presunta torpeza. Tengo para mí que a Camarasa le han engañado como a un chino. A Antonio Such, tampoco.
Ahora resulta que a Antonio Moreno Carpio, uno de los contratistas de los turbios asuntos relacionados con “Terra Mítica”, ha cantado de plano: sus “declaraciones” estaban subvencionadas con la oferta de 1,8 millones de euros (300 millones de las antiguas pesetas), contratos con ayuntamientos socialistas e intermediación ante la Fiscalía y la Agencia Tributaria. Que tendría, vamos, patente de corso.
Dios los cría y ellos se juntan: Moreno Carpio, Camarasa y Such.
Por otro lado, que es el mismo lado y el mismo lodo proveniente de aquellas contratas de basuras de Madrid -cuando era alcalde el bueno de Tierno Galván- un informe pericial vincula al partido del padre de los hermanos Moisés y Aaron –Ignaci Plá- con una trama en la que se incluye al concejal del PSPV en Calpe, Joan Morató, su amigo íntimo.
No hay que ser muy lince para saber que no todas las deudas que con los bancos mantienen los socialistas tienen la misma solución que la que dio la “Caixa” a Montilla.
A veces hasta se pagan. Y para ello hay que buscar fuentes alternativas de financiación ya que la mayoría de los militantes (ya no son mil y tantos, sino mil y tontos) no pagan la cuota (¿cuántos han sido dados de baja en Alicante?).
Dicho de otra forma: a Plá, al PSPV, le ha salido un moretón en la frente.
¡El colmo hubiera sido que los 300 millones de pesetas hubieran salido de la subvención del I.C.O., vía Real Decreto Ley 13/2005, de 28 de octubre, a UGT por el patrimonio de las organizaciones “vinculadas”.
Fermín Palacios Cortés