TENEMOS NUESTRAS RAZONES
El pasado viernes tuvo lugar en el incomparable y real marco del “Hotel Kazar” la entrega de los “ontinyentins de l´any “con presencia de la sociedad civil de la localidad e invitados de excepción que se glosen en otro lugar de este seminario.
Por lo que respecta al Sindicato Independiente (Confederación Valenciana de Trabajadores) de la Comunidad Valenciana, en cuyo nombre escribo hoy, es de destacar la figura de Rafael Soriano en quien recae la Residencia de Caixa Ontinyent.
Ni él lo sabe, pero la existencia actual de nuestra organización es deudora –en buena parte- de las ayudas (préstamos y avales) que gestionamos en esa entidad bancaria para poder hacer frente primero a los gastos que la formación ocupacional nos generaban y a la compra, luego, de nuestra sede central de Valencia.
Como se dijo, con absoluto vigor, “ hay dos cajas grandes y una Gran Caja”. A ella nos dirigimos en la sucursal de la c/ Guillén de Castro de Valencia donde encontramos calor, apoyo a nuestros proyectos y unos tipos de interés que en el análisis comparativos nos resultaron ventajosos.
Cómo nuestro alto magistrado del Tribunal Supremo, desechamos las otras dos cajas grandes por si –como el antiguo Banco de Bilbao- quebraban.
Por seguridad.
El Sindicato Independiente, tercera organización de la Comunidad, heredero de la “Confederación de Obreros Católicos de Levante” cuya sede la ocupa hoy el “Teatro Talía” y que venimos reivindicando desde antiguo, y en la que Gonzalo Gironés Plá tuvo tantas responsabilidades en la Comarca, debe mucho (no en sentido monetario) a la Caixa Ontinyent.
El cercano día 30 firmamos otro aval con ellos: porque pagamos previamente nuestras deudas y porque, supongo, ofrecemos también garantía de futuro.
Nosotros, los sindicalistas del Vall d´Albaida pertenecientes al Sindicato Independiente hemos votado masivamente a la Caixa.
Con todas las consecuencias.
Fermín Palacios