CONGELAR EL ALMA
Uno de los motivos por el que la paz social se mantiene, en España, es la existencia de la familia, la institución de los abuelos y las pensiones que reciben. Gracias a esas cantidades hay hogares que sobremueren al límite de la subsistencia.
Las pensiones, en términos generales, son muy bajas y sus perceptores hacen encajes de bolillos hasta llegar a fin de mes fecha en que las colas se eternizan para echar mano de la libreta del abuelo.
Si analizamos los últimos años el IPC señalado por el Instituto Nacional de Estadística, con carácter anual, se ha fijado en un 4'0% para el año 2000; 2´7%, 4´0%, 2´6%, 3´2%, 3´7%, 2´7%, 4´2%, 1´4%, 0´8%, 3´0%, 2´4% para los años sucesivos hasta el 2´9% del pasado 2012.
Por lo que respecta a 2013, y hasta agosto, el interanual alcanzaba un 1´6% sin perjuicio de lo que ocurra los cuatro últimos meses del año.
Con motivo de la presentación de los Presupuestos para 2014 la Ministra Fátima Bañez ha avanzado en la Sede del Pacto de Toledo que las pensiones subirán un 0´25% recalcando, además, que no serán congeladas y ese será el tope de futuro.
El clima social, a la vista de tales declaraciones, en lugar de calmarse se ha indignado -seguramente con razón- en su totalidad. No es para menos.
Si la revisión no se hace sobre la base del IPC del año anterior o de las previsiones para el actual y valoración de la posterior desviación, las pensiones, no es que quedan congeladas, sino que pierden poder adquisitivo.
A las pruebas me remito. Con un IPC que jamás ha sido negativo desde que tengo uso de razón, siempre al alza y por encima del cuarto de punto de garantía, los pensionistas verán mermados sus magros ingresos. Como consecuencia de ello, el entorno familiar al que favorecen quedará empobrecido y la capacidad de compra sufrirá un importante recorte que en modo alguno servirá para que el consumo tire de la producción y del empleo. Mal asunto.
No parece adecuado que los Presupuestos Generales del Estado fíen en recortes sociales la solución. Parecería más apropiado que los ajustes vinieran del control y desaparición de la corrupción; de la reducción de gastos en los partidos políticos; de la desaparición de privilegios en la casta política y en el ajuste de los sueldos de nuestros c políticos en todos los niveles (nacionales, autonómicos y locales).
Mientras los esfuerzos los dirijamos contra los de siempre, contra "poca ropa", no resolveremos el problema de fondo.
No es un buen comienzo si el partido que sustenta al Gobierno quiere hacer un papel digno en las próximas elecciones.
Fermín Palacios Cortés
Secretario General S.I.