30 AÑOS DESPUÉS
Primero fue la Ley 19/77 de 1 de abril de la Jefatura del Estado, que reguló el derecho de asociación sindical y, posteriormente, el Real Decreto-Ley 31/77 de 2 de junio que extinguió la sindicación obligatoria, quienes restablecieron la Libertad Sindical en España, agostada desde 1940.
A su amparo resurgieron las sindicales históricas (CNT, UGT), afloraron las clandestinas (CCOO, USO, SU, CSUT) y se montaron algunas reformistas (CTI, CDT, CSO) ó continuistas.
Se atomizó el mundo del trabajo en proporción similar al político.
Las decisiones empresariales y las partidistas impidieron, sin embargo, el fortalecimiento de un sindicalismo humanista, apartidario y profesional que tanto debía a las organizaciones católicas de antes del 36. El espacio social de los demócratas cristianos devino imposible.
Con la Ley Orgánica de Libertad Sindical se dio un paso decisivo (2 de agosto de 1985) para cerrar a dos bandas el espacio laboral: sociopolíticos y socialistas.
El invento de la barrera del 10% en el ámbito estatal y del 15% en el autonómico, auspiciado por el Partido Socialista (contraviniendo los porcentajes del 5% o del 3% exigido a los partidos), ha obtenido como resultado la persecución de cuantas organizaciones no estén articuladas en torno a UGT y CCOO.
Y en treinta años ni un momento para pedir perdón: por la vulneración de la Libertad Sindical, por la corrupción generalizada creada, por la falta de respeto a la Ley y por el sacrificio de la acción sindical a favor de la supervivencia económica.
Algunos hitos son estremecedores: PSV-IGS (Cooperativas de Viviendas), UNIAL (Compañía de Seguros), TULSA (empresa de transportes): miles de trabajadores estafados o perjudicados de manera sensible en sus intereses económicos.
Corrupción generalizada también en el uso y abuso de los medios utilizados para la formación de los trabajadores en sus modalidades ocupacional y continua. Corrupción denunciada de manera habitual por el Presidente del Tribunal de Cuentas, Ubaldo Nieto, ante los organismos Institucionales y Europeos.
Convenios Colectivos incluyendo ilícitamente pagos de los trabajadores (canon de negociación) a los sindicatos sin justificación y contra lo previsto en la Ley.
Expedientes de regulación de empleo que arrojan a centenares de empleados del mundo del trabajo a prejubilaciones que empobrecen la economía de todos los ciudadanos agostando la caja única de la Seguridad Social en beneficio de las empresas (VITALIA, GESTOLASA) que, a cambio de porcentajes importantes, viven en el entorno de CCOO y UGT.
Conflictos huelguísticos saldados de manera extraña con dádivas y viáticos empresariales; movilidades geográficas y funcionales aprobadas por las cúpulas sindicales de manera perjudicial para los trabajadores que, por el contrario, alivian las siempre exangües arcas sindicales…
Corruptelas en menor escala, corrupción generalizada, tolerada y auspiciada de contrario por empresarios y políticos en aras de una mal entendida paz social.
Treinta años después este Primero de Mayo debe ser el de la denuncia de la corrupción sindical.
¡Es hora de que pidan perdón!
Fermín Palacios Cortés
Secretario General S.I. –C.V.T.