DEMOCRACIA ORGÁNICA
Los hay que no escarmentarán jamás: Se creen iluminados de Dios en un siglo proclive al laicismo y a la ciencia.
Los resultados electorales en la ciudad de Valencia han sido contundentes y contumaces: la alcaldesa, Rita Barberá, ha barrido literalmente en todos los distritos y barrios de la ciudad, excepción hecha de la Ciudad Fallera, que le ha sido esquiva.
El Puerto y sus aledaños, contra el pronóstico de dichos iluminados, ha hecho aguas para los socialistas. El Referéndum que representa la votación del pasado 27 M ha confirmado la Formula 1 urbana y la decisión de ponerla en práctica de inmediato.
Algunas asociaciones de vecinos –integradas por el presidente, sus parientes más próximos, y algunos amiguetes de toda la vida- han puesto el grito en el cielo porque, dicen, no han sido consultados.
Yo no sé que representan esas asociaciones ni a quién, sé, sin embargo, lo que el voto popular ha resuelto y lo que quiere. Y que el voto es ejercicio directo de la democracia.
En época del Generalísimo existían asociaciones y entidades de dudoso valor y de elección indirecta que dieron origen a una peculiar y exótica “democracia orgánica”.
A esa categoría pertenecen las asociaciones que discuten, aún hoy, los resultados, diciendo, además, que “el pueblo se ha equivocado”.
Ya se sabe…
Fermín Palacios