EL IDIOTA ERA EL
Personalmente me quedo con la dibujada por Opisso. La Cartilla Moderna de Urbanidad se leyó en todo el orbe conocido y fue asignatura obligatoria.
La que yo compré después, original, en la estación de Sans de Barcelona –mientras el ínclito Eliseu Climent, unos metros más allá, rebuscaba libros de viejo- está fechada en Huesca el 15 de septiembre de 1943 con el “nihil obstat” del censor Vicente Tena y el “imprímase” de Lino, obispo.
Es la misma que en el 56 estudiábamos en el Colegio San José de los H.H. Maristas de Logroño teniendo de compañero de pupitre a un tal Fernando Herrero Tejedor (siendo su padre Gobernador Civil de Logroño) y que llegaría luego a Fiscal del Supremo.
La misma que miles y miles de estudiantes aprendimos de memoria y que, recientemente, fue reproducida por la editorial Edaf aunque en ediciones facsímiles de 20 de junio de 1927, 25 de mayo de 1929 y 26 de agosto de 1932 ( todas de Barcelona) y, en este caso, en su doble versión niños-niñas.
La editorial Edelvives, anteriormente FTD (Fiesta Todos los Días, decíamos los alumnos con ingenuidad, incluido J. Pedro Ramírez cuando aún no era director de “El Mundo”), repartió educación sin tasa. Hubo urbanidad durante décadas.
Sin embargo, con la mal llamada Educación para la Ciudadanía –trasunto de la Formación de Espíritu Nacional de los nacionalsocialistas de hoy- nos ha salido “Cocodrilo, el asesino en serie”, recientemente estrenada.
Y la idiocia era suya. De 25 años, maestro en la localidad de Torrijos. Sí, si, número 11 de las listas del PSOE.
Fermín Palacios