LA CRISIS SIGUE HACIENDO MELLA EN NEGOCIOS DE VALENCIA
En Valencia, como en otras ciudades, van desapareciendo empresas entrañables, que durante décadas suministraron satisfacciones sin cuento e ilusiones a un gran número de consumidores.
No hace mucho "Almacenes España" abandonó para siempre las instalaciones de la calle Marqués de Sotelo. Las ventas de indumentaria y banderas valencianas desaparecieron y no por falta de compradores. La jubilación del empresario fue definitiva para la pervivencia del negocio.
Más recientemente, en la calle Játiva, 3, ocupando más de 2000 m2, buena parte de los bajos de la llamada "finca de hierro", una de las más celebres tiendas dedicadas a los "coloniales" y alimentación selecta, "Las Añadas de España" ha cerrado. Ha dejado en la indigencia a centenares de clientes que, habituales, constituían una selección exquisita en la compra de vinos, licores, quesos, "delicatesen", aceites, vinagres, dulces, bombones de diseño, aromas y especias de todo el mundo.
Un mundo de sabor y de ilusión.
Otro tanto ocurrió con "Mantequerías Castillo", entre la Gran Vía Marqués del Turia y Ruzafa, un mundo dedicado al buen "gourmet" que se desmorona.
"Las Añadas de España", visto desde la calle, no se veía bien. Aparecía tapado, el negocio, por el follaje de tres árboles iguales, de buen porte y de al menos 25 años de edad. Árboles que, seguro, estaban catalogados como protegidos.
Sin embargo la pela es la pela. Hoy, de los tres, el de en medio ha desaparecido. Ha sido aserrado desde la base. Sólo queda, como recuerdo, el recuadro de donde surgía el tronco.
Los negocios que hay entre los otros dos árboles se ven desde la carretera sin ningún obstáculo. Ocupando parte de la sede de "Las añadas de España" aparece hoy el cartel de OUTLET MANGO sin limitación alguna.
¿Quién se responsabiliza de la desaparición -por tala- de uno de los tres árboles?
¿Mango y H.E., tienen suficientes valedores en el Ayuntamiento para que les despejen la calle y se vea mejor su tienda? ¿El Ayuntamiento se pliega a esas componendas? ¿El árbol a que hacemos referencia estaba corroído por la carcoma?
Creemos que se debe una explicación a los ciudadanos que, mosqueados, observan circunstancias un tanto anómalas.
No es bueno que junto con negocios arraigados perdamos también especies vegetales de las que no estamos especialmente dotados en la ciudad.
Fermín Palacios Cortés