LA DOBLE CULTURA
Las elecciones del 9 de marzo es posible que sean reñidas a tenor de las encuestas publicadas a un mes de las votaciones. En este caso, y por lo que afecta a los valencianos, las opciones no son excesivas: hay que pronunciarse a favor de la cultura de la vida o la cultura de la muerte. No hay más.
Por un lado quienes (60 aniversario del Holocausto) preconizan la ampliación y despenalización del aborto. Los que priman y encubren la retirada de deshechos sanitarios con nocturnidad y alevosía; los que defienden los “cuidadosos cuidados paliativos” “mar afuera o río adentro” para eliminar a nuestros mayores, a nuestros enfermos, a nuestros débiles, como si de un Licurgo cualquiera se tratara y tuvieran un Taigeto o cada clínica de los horrores.
Son también los que nos han embargado en una economía moribunda, plagada de virus inconfesables: IPCs elevadísimos, desempleo como nunca, hipotecas impagables, concursos de acreedores crecientes, expedientes de regulación de empleo cancerígenos, fondos de garantía salarial desfondados…
Y el terror del terrorismo.
La otra cultura, la de la vida, la de la ética reclama el cumplimiento de la Declaración de Derechos Humanos en su Sesenta Aniversario; el reconocimiento de los derechos del no nacido; y del enfermo terminal y tampoco; los que quieren la medicina al servicio del hombre y no de los gusanos.
Los que buscan prosperidad y paz. Los que están contra el terrorismo sin fisuras.
Maritere defiende la cultura de la muerte. Pepu Hernández –seleccionador de baloncesto- apoyado también por Esteban (que va de ala pívot ) está por la cultura de la vida.
Y yo.
Fermín Palacios Cortés