EL AÑO DEL CONEJO
El balance no puede ser más desalentador. Un año para el olvido. Un año para exigir las responsabilidades pertinentes. Y un día para votar: el 9 de marzo.
La inflación se ha situado en un 4’3 %, porcentaje sólo comparable al año 1995, último presupuesto gestionado por el PSOE, avalando el dato conocido que desde el 14 de marzo de 2004 no existe gobierno en España sino una camada de becarios perfectamente retribuidos pero sin conocimiento de causa. El Gobierno de Penenes.
El paro se ha elevado a los 2.129.500 trabajadores pululando por las oficinas del INEM a la búsqueda de un empleo que no llega por la desastrosa gestión del cada día menos solvente Ministro de Economía: Solbes.
El “euribor”, con un 4’67 %, hace imposible el pago de las hipotecas a la legión de jóvenes matrimonios cuyos dos sueldos -“mileuristas” en el mejor de los casos- se agotan en el abono de intereses que rellenan, eso sí, las cajas de los bancos (Santander de mis amores…).
Ni los voceros amigos pueden evitar la debacle (“La vida sube más que el sueldo”, “La psicosis por el alza de la inflación se deja sentir a la hora de la compra”) que se avecina.
Y en nuestra Comunidad, décima parte de España para todo, las cosas siguen un ritmo similar que tan sólo la buena gestión del Consell contiene máxime si contemplamos el olvido del gobierno de España en nuestras inversiones.
Hemos entrado en el “Año del conejo” y sólo podremos remediarlo con los “idus de marzo”.
Fermín Palacios