PATRIOTAS DE HOJALATA
Ya han pasado las elecciones. La hora de las promesas ha desaparecido y nos damos de bruces con la cruda realidad. Se ha venido discutiendo sobre la desaceleración, la recesión y la crisis.
Como vivimos en época de palabras las discusiones, bizantinas, han debatido el sexo de los ángeles; si eran churras o merinas o, como en los viejos proverbios, si eran galgos o podencos.
Tomás de Iriarte en “Los dos Conejos” dejó clara la conclusión: “No debemos detenernos en cuestiones frívolas olvidando el asunto principal”.
Lo que ha ocurrido en el primer mandato de Rodríguez Zapatero que con frivolidad rayando en la delincuencia ha abandonado la gobernabilidad del Estado por asuntos menores y de enfrentamientos fratricidas.
Y hoy resulta que el IPC, el más alto en décadas, frisa ya el 4’6 % sin atisbos de reducirse; la construcción empantanada; la vivienda sujeta a hipotecas que no pueden pagarse pese a entidades crediticias que posponen (caso de nuestra Bancaja) el pago de las mismas seis meses en supuesto de desempleo y sin costo adicional alguno.
La inmigración, tras un año de contratos basura, se retira a los cuarteles de invierno de las prestaciones de desempleo, ingresando en la larga tropa de inactivos, antesala de su abandono.
Ahora, sólo ahora, Fernández Ordóñez señala que “la banca española no es inmune a la crisis” y el propio Banco de España rebaja la previsión de crecimiento del PIB. a un 2’5 % para 2008 y, ello, en plan optimista.
Se multiplican los “antipatriotas”, escépticos y pesimistas informados frente a Rodríguez Zapatero y Solbes que siguen, impasible el ademán, a verlas venir.
Son patriotas. De hojalata. Absolutamente oxidados.
Fermín Palacios