Y EN ESO, APARECIO ESTEBAN
La suerte, está echada. “Alea iacta es”, según Suetonio, en frase atribuida a César, al pasar el Rubicón, camino de Roma. De nuevo Zapatero detentará la Moncloa por los próximos cuatro años en un mandato complicado donde habrá que pasar por las “Horcas Caudinas” de una economía complicada.
Es reconfortante, si de verdad cumple la palabra dicha, oír que Presidente anuncia “una nueva etapa, sin crispación, que excluya la confrontación”. Estas declaraciones donde se supone que la crispación y la confrontación vinieron de su mano desde 2004, abundan en la necesidad de rectificar el serio enfrentamiento a que nos ha llevado una política errática en todos los frentes.
Rectificar es de sabios. Más si tiene a su disposición un comité de rectificadores. ¡Ya era hora! Bien venido un Presidente para todos que pactará –eso dice- los grandes temas de Estado con una oposición reforzada y recrecida que ha conseguido sortear el Pacto del Tinell, los cordones sanitarios y la soledad sonora.
Diez millones que tienen la voz y la palabra.
Y en Valencia el triste fracaso de no ganar en casi ningún lado. Hasta Beneixida ha sido esquiva a Maritere que ha perdido distancia en relación a cuatro años atrás. Treinta votos menos. Su negativa a debatir con Esteban y su soberbia impenitente (“no tolerare”, “no admitiré” y todos los verbos imperativos del diccionario) además de su alejamiento para dirigir al Partido Socialista en Valencia perjudicándole y contribuyendo a su mayor descalabro.
Esteban, por el contrario, tendrá mucho que hacer en Madrid. Está y se le espera.
Fermín Palacios