1º DE MAYO A LA INTEMPERIE
El Real Decreto-Ley 2/2008, de 21 de abril, “de medidas de impulso a la actividad económica”, publicado el día siguiente en el BOE, con una ampulosidad y grandilocuencia que recuerda la época de Girón, Sanz Orrio o la del entrañable y risueño Solís Ruiz, corta de raíz los gravísimos problemas de la economía española con un lanzamiento de piedras al exterior:
“Coyuntura adversa derivada de las perturbaciones económicas internacionales, principalmente, las turbulencias en los mercados financieros, la profunda desaceleración de los Estados Unidos y el alza de los precios del crudo y de determinadas materias primas y alimentos. A estos factores exógenos se unen en España las dificultades del sector de la construcción de la vivienda”.
Ya está. La culpa de los americanos y de los “otros”. Es decir, de la atmósfera: de las perturbaciones y las turbulencias.
Un Real-Decreto Ley absolutamente insuficiente y heterogéneo para no resolver nada salvo ocupar en el BOE nueve páginas que no quedarán en la Historia, ni en la intrahistoria de las políticas económicas de nuestro país.
Un gobierno lastrado por la falta de humildad y el reconocimiento de su propia incompetencia. Ayer hablaban de desaceleración cuando los ciudadanos de a pié -antipatriotas todos, según el inquilino-okupa de la Moncloa- constatábamos primero una recesión galopante y luego una crisis que tardará en desaparecer.
Reducción en la venta de automóviles, pisos, retracción del consumo, encarecimiento de las hipotecas, aumento de impagados, reducción del ahorro, aumento del desempleo y abonos del FGS, incremento del precio de la cesta de la compra, subida del IPC, desempleo en el 9’61 % …
Y el Gobierno de España con su “ocurrencia” de 21 de abril.
Fermín Palacios