ROJO DE VERGÜENZA
Que el Ministro en funciones de Justicia es un agresor nato lo sabe todo el mundo. Que con su tozudez ha propiciado una huelga –insólita- de dos meses, también. Zapatero haría bien en licenciarle de su próximo gobierno e intentar pulir sus modos recibidos con entusiasmo por vía genética.
¡Qué decir de los sindicatos! UGT., la histórica organización que desde 1888 ha sido referente de un sindicalismo político y acomodaticio (recordemos la colaboración entusiasta con el Dictador Primo de Rivera) se puso a las primeras de cambio del lado de la Patronal y contra los empleados públicos de Justicia. ¡Por algo es minoritario en este sector!
CC.OO. dio la de cal y la de arena. No extrañan las dimisiones en los sindicatos de clase que trabajan al dictado de quien manda. La Ley de Oro: “Quien tiene el oro hace la Ley”. Y los sindicatos, no los trabajadores, recogen las 30 monedas.
CSIF y STAJ, pese a tener una presencia importantísima no pueden con el aparato de los grandes. No saben hacerlo, además.
Para acabar de liar la manta los “asamblearios” firman en barbecho sin esperar a la decisión de los empleados y los del mandato representativo se someten al referéndum de sus bases.
Y, como colofón, no se dan números de electores, de votantes, de blancos o nulos. Un referéndum que en palabras del Ministro fechas atrás, sería “un auténtico fraude”.
Una huelga que no debió celebrarse ya que todos los empleados de Justicia de España deberían cobrar lo mismo sin diferencia por Comunidades o transferencias.
Bermejo, si tiene vergüenza, debería estar rojo. Creo.
Fermín Palacios