MUCHO RUIDO…
Y pocas nueces. El Congreso celebrado por el PSOE no pasará a los anales de la política ni por su importancia, ni por los acuerdos adoptados, ni por establecer un hito en el devenir de la historia del socialismo español.
Reintegrar al acervo tradicional a lo más extremista del socialismo guerracivilista, Negrín incluido; apuntalar con sus posiciones ante la eutanasia y el aborto al ser vivo o retirar honras funerarias a nuestros héroes y a nuestros caídos, no parece que sean las preocupaciones básicas de la ciudadanía.
Cuando el C.I.S. haga recuento de estos días, más propios para la ignominia que para los derechos de la persona, veremos que Rajoy da un paso al frente por delante de Zapatero y que el PP –con todos sus rotos ya perfectamente cosidos y ahormados- se sitúa ya por delante del nuevo PSOE radical, a la búsqueda de Atapuerca y lindando con la izquierda extrema.
Que Leire Pajín, cuyo abuelo (¡ay los abuelos!) fue la antítesis del de Zapatero y obtuvo de medalla al Mérito del Trabajo en conexión con Fermín Sanz Orrio, falangista valerosos a cuya vera trabajó también el padre de De la Vega, haya sido digitalizada como “la tercera” de la fama en el PSOE dice como se encuentra ese partido en estos momentos de agonía.
El IPC en el 5’1 %; los parados en más del 10 %; el euribor en el punto más alto de la referencia; más de 100.000 familias sin poder pagar las hipotecas; pobres, rigurosamente pobres, cada día más; retracción en el consumo…
De estas nueces no hemos oído hablar en el Congreso del PSOE. Ha sido un Congreso etéreo. Celestial. Ni nueces ni vino.
Fermín Palacios