COMPETENCIA DESLEAL
La representación sindical en la Comunidad Valenciana lleva ya décadas sin sufrir alteraciones substanciales. La hegemonía que consiguió la CS de CCOO no se ha visto atacada, ni de lejos, por la UGT de Recuenco que, comparecencia tras comparecencia, va alejándose cada cuatro años de la espalda de los sociopolíticos.
Tras estas organizaciones que prácticamente suman el 82 % de la total representación sindical valenciana el Sindicato Independiente C.V. sobremuere por delante del CSI-CSIF y USO C.V. que –entre las tres- apenas alcanzan el magro 8 % del total, la décima parte que los “mayoritarios”.
Esta situación es prácticamente inamovible ya que ni a la patronal (CIERVAL) ni a los poderes públicos de la Generalitat (encabezada por el gobierno del PP C.V.) les interesa modificar el espacio.
La paz social, aunque cara, está debidamente asentada y negociar con otras opciones sindicales supondría demasiados recelos con “los de siempre” y modificar muchas aptitudes viciadas y acomodaticias.
Para ello se arbitran todos los medios disponibles, fundamentalmente el Presupuesto de la Generalitat, que anualmente repite los mismos esquemas.
Sería clarificador, además de democráticamente interesante, que en un ejercicio de profesionalidad y lucidez, la Consellería de Economía, Hacienda y Empleo, pudiera dar a la luz pública los grandes y pequeños números del costo que los sindicatos suponen para el erario público. Que la ciudadanía supiera lo que vale, en resumen, la “paz social”.
Y todos los años la misma historia. Los sindicatos mayoritarios son auténticas máquinas tragaperras. A los hechos me remito.
Lo de las cuotas sindicales no engaña a nadie. Si la situación de crisis en que nos encontramos inmersos tiene alguna referencia habría que ver los recibos devueltos por los bancos para abono de las cuotas sindicales de los carnets de las organizaciones sindicales.
Los sindicatos viven de los “servicios prestados” y de los “servicios que prestan”.
El 28 de abril de 2008 el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana condenó a CCOO y UGT, en nuestra Comunidad a devolver a dos trabajadores no afiliados de la empresa SAEZ MERINO, SA la minuta de honorarios profesionales cursados por la empresa TEMIQUI SA por unos servicios nunca reclamados ni aceptados por los demandantes: un 6 % de la indemnización de su despido a través de un ERE. Nuevas sentencias añadieron mayor vergüenza y escarnio a los sindicatos reseñados por una practica absolutamente al margen de la Ley y que les reporta pingües beneficios
Sin embargo no es esa la fuente de financiación más relevante. En los ERE donde se negocian “prejubilaciones “, repudiadas por el Pacto de Toledo y por Europa, la empresa VITALIA hace su agosto junto a sus mandantes (CCOO y UGT) traficando con las prestaciones de la Administración Central y la Autonómica, ayudas que debieran ser “gratia et amore” y que, sin embargo responden a mordidas más o menos inconfesables.
Alguna de las Administraciones les ayudan impidiendo que otros sindicatos y entidades gestionen las prestaciones. Y lo hacen con vulneración de la Ley.
Sin embargo hay más: cuando se plantean las firmas de pactos o acuerdos, sean coyunturales o de legislatura, lo primero que entra en liza es la pregunta sindical por excelencia: “¿Y de lo mío, qué?”.
Una vez resuelto este tema el Presupuesto se resuelve automáticamente.
Y ahí entra un cúmulo de despropósitos: se financian encuestas de dudosa fiabilidad, cursos de reconocida inutilidad, conciertos de ninguna validez, asistencias técnicas fotocopiadas y hasta asistencia jurídica a trabajadores.
Se saltan, con ello, las normas profesionales, los honorarios establecidos por los colegios y sobre todo, la libertad sindical.
En cualquier caso, a vivir que son dos días.
La mayoría de los valencianos seguro que preferirían, en lugar de PAVACE,S con contraprestaciones, una tercera alternativa en el mundo laboral que hiciere menos costoso el Acuerdo.
El Partido Popular celebra en breve su Congreso Regional. ¿Hay alguna ponencia elaborada sobre el tema sindical?. Si quieren, desde mi independencia, se la redacto gratis en veinticuatro horas.
El Tesoro lo agradecería.
Fermín Palacios