SIEMPRE PAGA POCA ROPA
La situación económica de nuestras empresas no es nada boyante. No hay sector, lugar ni tamaño de las mismas que pueda quedar al margen de la quema. Lamentablemente el fuego devastador de la crisis hace mella en todas.
El Gobierno de España –el primer responsable- ni vio, ni oyó, ni habló. Como los tres monos permaneció impasible el ademán.
Después, lloró amargamente –cuando nos colocamos con la copa del desempleo europeo y más de 2.800.000 trabajadores en el paro- y pidió, mendicante, un lugar a la sombra del denostado “enemigo americano”. Sabiendo que la sombra del Tío Sam es alargada.
En nuestra Comunidad, como en todas, pintan bastos. Por eso cada semana nos arroja ineludiblemente en el llanto y crujir de dientes de la multiplicidad de ERE,s que se vienen sucediendo, renovando las ya resueltos con anterioridad: DIMAS, GIL y MAS SA(ambos en Albaida) INPELSA (Canals), ESTUDIO CERAMICO, S.A. (San Juan de Moró) o EUROKEYTON, S.A. (Alicante).
Ninguna de las tres provincias escapa a su destino. Y ningún trabajador a que, en último extremo, sea el Fondo de Garantía Salarial (F.G.S.) el pagano de parte de la deuda que los empresarios contraen con sus empleados.
En múltiples ocasiones el F.G.S. firma un “convenio de retorno” para anticipar los máximos legales que la ley permite (indemnizaciones de 20 días por año y tope de una anualidad; ciento cincuenta días de salarios y finiquito sobre la base máxima del triplo del salario mínimo interprofesional).
Las empresas que pueden ofertar garantías encuentran una financiación cómoda a ocho años; los dos primeros de carencia y un interés, este año, del 5’5 %.
El FGS es la institución más apreciada por los trabajadores valencianos.
Fermín Palacios