COHECHO (PROPIO) Y PREVARICACIÓN
Vivimos en tiempos asesinos. Para mí. Para ti. La crispación se ha adueñado de todas las instancias y, en mayor medida, de las políticas. Por eso la desconfianza en los políticos y, sobre todo, en su expresión última: el Gobierno.
El paradigma de esa crispación, el Alcalde Presidente de la Federación de Municipios y Provincias, el "ínclito" Pedro Crespo. El tildó textualmente de "tontos de los cojones" a los votantes del Partido Popular en un claro de ejemplo de democracia participativa. Generalización del insulto a más de diez millones de ciudadanos ajenos a su rústico ser y peor estar.
Yo, entre los agraviados, aún no he recibido excusas de este referente socialista cuyo verbo cálido y sereno patrocina el ansia infinita de paz.
Y María Teresa Fernández de la Vega, hija del antiguo Delegado Provincial de Trabajo de Zaragoza, cuyos correajes y camisa azul merecieron en 1963 censura de la modernidad y de la tecnocracia, instruyendo al Ministerio Fiscal sobre la conveniencia, el cuando y el cómo de la presentación de recursos, explicando, de manera contundente, el gusto del gobierno por la separación de poderes y la utilización de las instituciones en beneficio propio.
¿Y qué decir de los sindicatos mayoritarios ante la situación gravísima de crisis generalizada que nos ha llevado a ser líderes en el desempleo de la Unión Europea y cuya respuesta es la ataraxia total en la acción sindical?.
Sin embargo todo tiene su justificación que, obvio, ningún ciudadano de buena voluntad puede compartir.
Para muestra un botón.
El Real Decreto 1222/09, de 17 de julio, por el que se regulan las subvenciones a determinadas entidades para el apoyo a acciones complementarias de formación continua, procedente del Ministerio de la Presidencia, da algún indicio de las anteriores actuaciones.
La Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de la Presidencia, María Teresa Fernández de la Vega Sanz, hija de Wenceslao Fernández de la Vega, el falangista de Fermín Sanz Orrio, entrega el pellizco de 1.065. 500€ a la Federación Española de Municipios y Provincias, a la UGT y a CCOO, para "tonterías varias" en forma de estudios curiosos: "soporte de Comisión", "apoyo a la gestión", "interactividad en certificados de profesionalidad ", "portal integrado de información", "metaevaluación", "análisis y desarrollo de itinerarios formativos", "evaluación y detecciones de necesidades formativas de apoyo", "fomento de la movilidad sostenible" y otros etcéteras que merecen más de 85.000 € por programa.
Lo grave de todo esto es que las subvenciones -con absoluta desvergüenza, "agostización" y "diaridad"- se entregan de manera directa, saltándose a la torera, al estilo Wenceslao, de casta le viene al galgo, (ordeno, exijo y mando) la concurrencia competitiva libre y la publicidad aduciendo además, que la convocatoria legal "dificultaría el adecuado cumplimiento de los objetivos que se persiguen con la realización de la actividad".
Peor, imposible.
Y este Real Decreto es sólo un pobre ejemplo de lo que nos ofrece el BOE a diario.
¿Qué dirán los de CSIF, ELA-STV o CIGA ante esta tropelía?
¿Puede extrañar que alguien, conociendo el derecho, hable de cohecho propiamente dicho o de prevaricación?.
Nos merecemos una explicación y la intervención "manu militari" del Ministerio Fiscal.
Por decencia pública.
Fermín Palacios