“LO QUE NO PUEDE SER…
...No puede ser y, además, es imposible". El dicho se atribuye a "El Guerra", un popular torero que, por lo visto y oído, era, además, un auténtico filósofo.
El Art. 149 de la Constitución reserva, entre las competencias exclusivas del Estado, en su apartado 20: "La Marina Mercante y abanderamiento de buques; iluminación de costas y señales marítimas; puertos de interés general; aeropuertos de interés general; control del espacio aéreo, tránsito y transporte aéreo, servicio metereológico y matriculación de aeronaves"
Los aeropuertos deportivos y, en general, los que no desarrollen actividades comerciales, por el contrario, podrían ser competencia de las Comunidades Autónomas.
Como el ir más allá es el objeto de los partidos nacionalistas, Cataluña quiere vulnerar la Constitución y reclama la gestión de El Prat con todas sus inconsecuencias.
La cláusula Camps obliga, en el supuesto de ceder el Estado sus competencias exclusivas, en el aeropuerto catalán a reclamar El Altet y Manises, en lo que constituye una porfía con nuestros vecinos del norte.
Lo razonable sería, creo, reclamar las mismas o parecidas inversiones en nuestros aeropuertos presentes y futuros (Castellón también existe). Los datos facilitados ponen el dedo en la llaga: Madrid recibe 120 euros por pasajero; Málaga, 92; Barcelona 89.
Manises, 53 y El Altet, 52.
La cláusula Camps lo que debe reclamar es la misma financiación que el recibido por nuestro entorno. Y dentro del respeto a la Carta Magna.
Otra cosa es dar la razón a "El Guerra".
Fermín Palacios