LA LENTITUD DEL CONSTITUCIONAL
Es público y notorio: el Tribunal Constitucional es una de las instituciones más inútiles de las que nos ha dotado la Carta Magna. También una de las más politizadas.
Es, además, lento.
El ejemplo que se esgrime es la celeridad utilizada para resolver los varios recursos presentados contra el Estatuto de Autonomía (versión independencia) refrendado por una tercera parte de la población de Cataluña y de quienes copan el Parlamento de esa Comunidad.
Sin embargo, nadie dice nada de otro asunto que también clama al cielo: la cesión de bienes del patrimonio histórico de UGT, también llamado "el caso del pozo sin fondo".
El PSOE, en un acto infame, aprueba a través de su gobierno el Real Decreto- Ley 13/2005, de 28 de octubre, modificando la Ley 4/1986, de 8 de enero, de cesión de bienes del patrimonio sindical acumulado.
Con la palabra "vinculados" la UGT se apropia de un patrimonio -que no es suyo- por valor de 151 millones de euros, justos los que debe por la criminal operación de la estafa de las cooperativas de la PSV-UGT-IGS.
José Ignacio Solís Zúñiga, Subdirector General de Patrimonio Sindical, que no quiere ser partícipe de un acto criminal y que se niega a firmar, es cesado el 8 de febrero de 2006.
La CS de CCOO y el PP recurren la irregular atribución del patrimonio.
Hasta hoy. Tres años y el TC mirando hacia otro lado. Vagos si que son. Ya veremos si también maleantes.
Fermín Palacios