EL ZORRO CUIDANDO EL GALLINERO
Hasta qué punto está encanallando la izquierda extrema la política valenciana nos lo da un dato lamentable: las sufridas gentes del Bronx portuario están sistemáticamente amenazadas por facinerosos de la peor ralea que, además de las consabidas cartas con insultos directos y amenazas desveladas, se sienten protegidos por la falta de actuación de los garantes del orden público.
Delegación de Gobierno está, pero no está. Con la historia, triste, de su traslado a la C/: Colón, 1, con carácter provisional hasta que se rehabilite el Palacio del Temple, el titular, Ricardo Peralta, hace oídos sordos a las peticiones de socorro recibidas.
Para él se "saca de la realidad exacta lo que se ha producido. Desde el punto de vista de toda la ciudad, este tipo de actuaciones tienen la trascendencia que tienen".
Dicho de otra manera: las actuaciones de atemorización, las amenazas sistemáticas de la izquierda, los actos de terrorismo de los vinculados a su ideología,
como son selectivos y no afectan a todos los valencianos, pueden quedar impunes.
Peor, imposible.
Se me ocurre otra interpretación, de mayor gravedad -si cabe- que la inacción gubernamental. Sólo pensarla, se erizan los pelos y congela la sangre.
Ricardo Peralta no actúa porque sabe más que los demás. Es conocedor del trasfondo, de primera mano, de las actuaciones y prevé que no va a haber muertos ya que así se lo han garantizado. Los comités lo han aprobado en esos términos.
Los datos indiciarios avalan esta versión.
Y mientras 4.326.500 parados.
Fermín Palacios