DEFENDER A GARZÓN
Las manifestaciones a favor del juez Garzón han contado con una circunstancia especial: el boletín oficial de la Moncloa no ha señalado el número de cuántos secundaron la llamada.
Por primera vez en años, "cuenta efes" en la mano, nos quedaremos sin saber las decenas de miles de seguidores del presunto juez prevaricador. Sí sabemos que, comparándolo con otras convocatorias, los medios afines no pudieron dar datos positivos.
Desconozco si de haber conocido la última "garzonada", la asistencia hubiera sido de mayor entidad. Habría que incrementar el número con los seguidores del filo etarra Rafael Diez Usabiaga y detraer del mismo quienes no tienen excesivo amor por las huestes terroristas.
Pues sí: el juez de jueces, el "illuminati" en la aplicación del derecho, acordó el lunes, día 26 de marzo, dejar en libertad al terrorista con el depósito de 30.000€ de fianza para que pueda cumplir con la piadosa misión de cuidar a su madre, burlándose de la Ley de Dependencia, del riesgo de fuga y de la más elemental prudencia.
Garzón es, cada día más, un peligro público.
En el año 77 era la calle un clamor. En Valencia las pancartas gritaban: "Libertad, amnistía y Estatut de Autonomía". Anteayer, la Amnistía no la quería nadie.
Todos a la cárcel.
Por defender a Garzón intentan tumbar la Ley de Amnistía que perdonó -entre otros- los delitos de la izquierda extrema, hoy en el Gobierno y en 1934, ejecutantes de un golpe de Estado contra la República.
¿Defender a Garzón?.Yo, tampoco.
Fermín Palacios