UN TIMO PIRAMIDAL
Las crónicas de sucesos están llenas de timos a personas crédulas o a quienes desean lucrarse a costa del que, en último extremo, es más listo que ellos y termina por darle gato por liebre.
Uno de los timos más extendidos es el basado en una estructura piramidal. Se obtienen beneficios importantes y rápidos por cuenta de incorporar al sistema una progresión geométrica de personas que aportan capital.
La remuneración y los intereses que generan son muy superiores a las que ofrecen los mercados financieros ordinarios.
La codicia hace el resto. Hasta el hundimiento total.
Ejemplos hay muchísimos y suelen acabar en auténticas estafas y en la pérdida de los ahorros de toda una vida. Los afectados terminan mostrando sus vergüenzas en la calle, manifestando sus miserias y reclamando, en muchas ocasiones, lo que nunca debió ser suyo.
Hay otro tipo de timos. Son y están bendecidos, incluso, por la propia Administración.
Me refiero a las pensiones de la Seguridad Social. Toda una vida cotizando para obtener una renta, en ocasiones, miserable que da -tan sólo- para sobremorir ya que ni sobrevivir se puede con ella.
Y cuando menos te lo esperas anuncian su congelación para que los vividores de siempre (los del gobierno, por supuesto) puedan componer desaguisados continuados, despilfarros multitudinarios y nula administración.
Nos dirán que la tasa de reposición no es la adecuada (cada día nacen menos niños, cada día se vive más años, cada día hay menos puestos de trabajo...) y que, por ello, hay que reconsiderar años de cotización y cuantía de pensiones.
La realidad es mucho más simple: la Seguridad Social está montada sobre el timo piramidal. Si no incorporamos nuevos "clientes" a la cadena nos quedamos en la calle. Y el jefe de la banda, Zapatero, tan contento con los 4.670.100 desempleados que no cotizan al sistema.
Fermín Palacios